Unos lo aseveran, otros lo
preguntan, pero la verdad pareciera que nadie lo termina de asimilar, una mitad
no termina de entender las razones para serlo (que las hay, y muy
“buenas”) y la otra no cree que exista ninguna razón para no serlo (que las
hay, y muy obvias).
Si nos dedicásemos a enumerar las
razones por las que “soy”, seguramente
no tendríamos espacio en este artículo, al igual que ocurriría si enumerásemos
las razones por las que “no soy”, y seguramente la lista más larga y con las
razones más indiscutibles y claras sería
la de mi lado...
aquel que hemos llamado el Beneficiado.
Las “descripciones” que realizaremos, seguramente nos llevan a pensar en los jerarcas, pero esta categoría no está dentro de nuestro análisis ya que las razones por las que, “un chivo es”, son tan triviales que no tendría ninguna relevancia realizar análisis alguno. El grupo al que nos referimos es el de sectores de muy baja jerarquía, el beneficiado activista común.
Al oír la palabra beneficiado, nuestro cerebro pareciera inmediatamente relacionarlo con algo bueno, algo justo, sin embargo este grupo al que nos referimos acá, está muy lejos de eso: es aquel para quien, aún siendo culpable de una falta, no se aplica la ley; aquel que obtiene alguna ganancia con el mínimo esfuerzo sin retribuir con nada a cambio(a la nación); aquel que usura sin recibir castigo; aquel que se le asignan cargos o misiones a pesar de su incontrovertible incapacidad para ejercerlos, para quienes la palabra “saboteo”, es la panacea para justificar sus constantes desatinos.
Al oír la palabra beneficiado, nuestro cerebro pareciera inmediatamente relacionarlo con algo bueno, algo justo, sin embargo este grupo al que nos referimos acá, está muy lejos de eso: es aquel para quien, aún siendo culpable de una falta, no se aplica la ley; aquel que obtiene alguna ganancia con el mínimo esfuerzo sin retribuir con nada a cambio(a la nación); aquel que usura sin recibir castigo; aquel que se le asignan cargos o misiones a pesar de su incontrovertible incapacidad para ejercerlos, para quienes la palabra “saboteo”, es la panacea para justificar sus constantes desatinos.
Este grupo obtiene además del
beneficio de la impunidad, un beneficio económico asociado a la “inactividad
que realiza” dentro del “proceso”. Este grupo es el que no quiere reglas, que la
falta de escrúpulos es parte de su
identidad y es el que se aprovecha del “proceso”, igual como se aprovecharía de cualquier otro
proceso, de izquierda, de derecha o
“ambidiestro”, que se lo permitiera.
Obviamente mientras obtenga beneficios continuara
respaldando el proceso y lo único que haría cambiar su “preferencia”, sería un
beneficio mayor...
Entonces la respuesta para este grupo, a la pregunta de ¿por qué es chavista? pareciera asemejarse a: ¡porque soy “capitalista salvaje”! (?).
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