Unos lo aseveran, otros lo
preguntan, pero la verdad pareciera que nadie lo termina de asimilar, una mitad
no termina de entender las razones para serlo (que las hay, y muy
“buenas”) y la otra no cree que exista ninguna razón para no serlo (que las
hay, y muy obvias).
Si nos dedicásemos a enumerar las
razones por las que “soy”, seguramente
no tendríamos espacio en este artículo, al igual que ocurriría si enumerásemos
las razones por las que “no soy”, y seguramente la lista más larga y con las
razones más indiscutibles y claras sería
la de mi lado...