Cuando se habla de robar, lo natural siempre ha sido que se asocie con
aquel que ladronea, ya sea a pequeña escala o a gran escala, así mismo, y no
con pocas razones, se le asocia comúnmente con empresas que venden o prestan un
servicio a un costo considerado especulativo, y con patronos que explotan el
trabajo del asalariado.
Aún cuando algunas de estas cosas siempre han existido como prerrogativa, la realidad es que en estos últimos tiempos se han potenciado, como todo lo nefasto, hasta convertirse lastimosamente en elemento normal de nuestra cultura, en algo que pareciera que ya es parte natural de nuestra “civilidad”, veamos algunos ejemplos:
el HT que no te da factura para cobrarte demás y quedarse con ese cobro
adicional, el HT buhonero que vende al 500%
el HT que te vende las verduras y siempre multiplica demás, el HT que te
pone gasolina y da por sentado que el cambio le pertenece
el HT chofer de buseta que no te da tu cambio de Bs 0,50, el HT empleado
de estacionamiento que se queda con tu cambio, porque “no tiene”
el HT parquero que lo que te cobra no es más que una vacuna, el HT
empleado de taller o concesionario que te cambia piezas de tu carro
el HT policía o militar que cobra vacuna a todo aquel que vende algo, el
HT que se queda con algo que vio que otra persona perdió
el HT del supermercado que cobra por avisar a revendedores cuando llegan
los productos regulados, el HT público que vende pensiones de vejez
el HT empleado de clínica que incluye en tu factura cosas que no te
hicieron, el HT asesor que te indica fallas que tu carro no tiene, por comisión
el HT empleado que protege, avala y participa en el Robo que su patrono le hace a los usuarios, ecHT, ecHT, ecHT...
En fin, la cultura del humilde nuevo republicano que fue cuidadosamente diseñada y generada, y en la que todos estamos sumergidos.
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