En las pasadas entregas se
describieron las clasificaciones dentro de las cuales se intento englobar a los
“sectores bajos” presentes alrededor de eso que llaman Chavismo (¿O debió
haberse llamado Chavezismo?, quizás, pero seguramente el mercadeo no
hubiese resultado tan efectivo. O al menos que provenga del término inglés chav…?) las mismas fueron: el
Beneficiado (capitalista salvaje); El Opositor (Oposicionista); y El Auténtico
(Orgullosamente Agradecido).
Mucho de lo descrito en estas clasificaciones se pudiese pensar que solo aplica para aquellos que tienen como comparar él antes y él ahora, pero debemos tener presente que los jóvenes van tomando como ciertas, muchas de las cosas que conciben sus padres, familiares y allegados, y aquello que para bien o para mal afecte a su entorno, lo afectará a él. No hacen falta acciones directas de la CIA, el G2, o el Mossat para que el llamado “lavado de cerebro” se produzca en una sociedad, la cultura “natural” de un sector social, también sirve para eso.
Mucho de lo descrito en estas clasificaciones se pudiese pensar que solo aplica para aquellos que tienen como comparar él antes y él ahora, pero debemos tener presente que los jóvenes van tomando como ciertas, muchas de las cosas que conciben sus padres, familiares y allegados, y aquello que para bien o para mal afecte a su entorno, lo afectará a él. No hacen falta acciones directas de la CIA, el G2, o el Mossat para que el llamado “lavado de cerebro” se produzca en una sociedad, la cultura “natural” de un sector social, también sirve para eso.
Ahora bien si con las
descripciones realizadas, aún uno de los sectores no ha terminado de
“asimilarlo”, ni el otro ha cuestionado el motivo de su afirmación, existe, a
mi entender, un argumento el cual engloba todo lo descrito, es una razón simple
a la aseveración: “Porqué soy chavista” o a la duda: ¿Por qué es chavista? (según
sea el sector “afectado”), con la cual quizás se condense todo lo dicho.
La sencilla razón es: ¡por que puede!, sí, tiene el poder, no importa la magnitud, el nivel de preponderancia,
ni la significancia de este, lo tiene, “se lo dieron” y lo usa, y este le produce
“inmensas” satisfacciones ya sean producto de: ganancias, beneficios, alegrías,
vanidad, confianza, autoestima, dignidad, orgullo, venganzas, revanchas,
prebendas, etc., que variaran dependiendo
de cada uno de los tres grupos, pero que al menos una de ellas aflorará. “Pasiones”
que no aceptarían que les fuesen despojadas, y que ya no cambiarían por
espejitos…
No sabemos que cantidad hay de
cada grupo y cuál es su relevancia electoral, lo que sí sabemos es que este
poder, ya obtenido, obteniéndose, en proceso de obtención o con la esperanza de
obtenerse, no querrá ser cambiado por quien lo experimenta, y si el precio a
pagar es el de “creer” cualquier cosa que el régimen tenga a bien decir, dicho
precio será pagado, ya que si algo es cierto, es que el poder es conservador.
Este factor común (poder) es lo
que explicaría como gente honesta, de bien, generosa, solidaria… puede coincidir,
en cuanto a sus preferencias, con delincuentes, malvivientes, aprovechados,
tramposos, oportunistas, abusadores…
En la segunda entrega cuando
hablamos de la clasificación: Opositor, dijimos: “…tranquilos no se alarmen… todavía, no nos referimos al opositor
al régimen…”, ¿recuerdan?, pues es el momento que lo hagan, ya que estas
clasificaciones, a pesar que para muchos no habrá poder que los haga aceptarlo,
no tienen por que aplicar de manera exclusiva al sector que ha apoyado a este
régimen. Estas clasificaciones, indudablemente con otras “formas”, se acomodan fácilmente
también al otro sector, obviamente no por lo obtenido, pero si por el propio
deseo de poder (cualquiera que este sea) que subyace detrás de su oposicionismo.
No importa en que sector se esté, nuestra sociedad Toda, es
lamentablemente, en el presente y en el futuro inmediato, Chavezista.
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